Llega el frío, aparecen las malezas y con ellas, las consultas sobre su manejo presente y futuro.

Una buena planificación se inicia teniendo bien en claro la rotación como así también las fechas de siembra estimadas para cada cultivo y lote. A la hora de comenzar con los barbechos, hay que entender que la aplicación de ciertos productos puede condicionar acciones futuras.

 Las primeras pautas de manejo apuntan a tener presente:

  • Ciclo de los cultivos (grupo de madurez en soja y madurez relativa en maíz);
  • Fecha de siembra por ambientes;
  • Elección de material genético con resistencia o tolerancia a herbicidas:
  • Arquitectura y vigor del material genético;
  • Espaciamiento.

Una siembra de maíz temprano o soja temprana nos exige mantener los lotes limpios y libres de malezas; mientras que cultivos tardíos nos permiten que participen los verdeos de cobertura que nos aportan importantes beneficios en cuanto a aporte de materia orgánica, estructura de suelo, protección contra erosión eólica, depresión de perfiles saturados, alelopatía (competencia a malezas), como así también cobertura de suelo, entendiendo que muchas de nuestras malezas problema disminuyen su emergencia con buenas coberturas de rastrojo.

Si venimos trabajando en el lote, las decisiones son más fáciles de tomar. En cambio si no disponemos de un pleno conocimiento del mismo, la identificación de especies en lotes vecinos como el monitoreo de los rastrojos y alambrados, es primordial para entender la dinámica de las malezas. Un buen monitoreo es el que nos permite adelantarnos a los problemas.

Es imprescindible conocer cuáles son las malezas problema y entender que al momento de la siembra tenemos que tener el lote libre de ellas y con los preemergentes ya incorporados. Las malezas problema deben ser el objetivo y, la estrategia debería estar focalizada en controlarla de forma eficiente y en evitar que aparezcan nuevas. Al identificar la maleza, se elije el manejo más adecuado y el momento de implementarlo. Se definirán los herbicidas a utilizar durante la campaña, de manera de no repetir modos de acción y no generar apilado de herbicidas en el suelo que puedan generar fitotoxicidad al cultivo venidero y a los próximos.

Por otro lado, el momento de sensibilidad de las malezas como la calidad de la aplicación son determinantes a la hora de un control exitoso.

En definitiva, una parte esencial del problema de malezas de difícil control, se resuelve planificando, monitoreando, diagnosticando, evaluando las estrategias de control más adecuadas y actuando en los momentos oportunos. Probablemente se requiere de un mayor esfuerzo por parte del productor, sin embargo incurrirá en un costo mayor al no hacerlo o haciéndolo mal.


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