Cuando se le pregunta a Luis Artigue, Director de A&T, qué perspectivas avizora para la próxima campaña agrícola argentina 2016/2017, lo primero que responde es: “Debemos ser optimistas pero cautelosos”.

Su opinión…

El cambio de gobierno en Argentina está contribuyendo felizmente para que todos hayamos recuperado las ganas de invertir y nuestra capacidad de generar negocios; pero a pesar de ello no debemos dejar de analizar todas las variables y los riesgos que aún subsisten, por lo cual sería conveniente no dejarnos engañar por una sensación desmedida de optimismo que podría hacernos equivocar.

Las ventajas obtenidas tras la desaparición de casi todas las retenciones, la disminución de las de la soja, la eliminación de los ROES y el sinceramiento del tipo de cambio, compiten contra una inflación creciente que preocupa mucho.

Los bajos precios probables a los que podremos vender la producción futura, parecen ser una realidad que llegó para quedarse por un buen rato, puesto que los elevados stocks mundiales, la fortaleza del dólar frente a las demás monedas y la debilidad de todas las economías mundiales hacen casi improbable que podamos ver una mejoría sustancial de los precios internacionales de los commodities. Aún así cabe la posibilidad de que en U.S.A. se registre un período de Niña aunque sea moderado, tal como pronostican algunos climatólogos, y eso podría disminuir los stocks y consecuentemente disminuir la oferta y aumentar los precios. Aún así, aconsejamos presupuestar teniendo en cuenta la realidad actual y no la probable ocurrencia de factores imprevisibles como un cambio climático.

En la Pampa Húmeda Argentina, el 60% de los cultivos está en manos de arrendatarios, por lo cual el costo del arrendamiento cobra especial relevancia teniendo en cuenta los factores adversos comentados hasta aquí, porque una vez más ésta será la variable de ajuste, puesto que los demás factores no dependen de la voluntad de las partes sino del mercado y el clima.

El buen ambiente de negocios imperante ha colaborado en generar la equivocada idea de que “ahora se podrán volver a pagar arrendamientos caros como antes”; sin embargo, esos valores pudieron pagarse cuando los granos valían un 50% ó 60% más. Esa época de oro se esfumó.

El 40% restante de los cultivos se sembrará bajo la administración de sus propietarios y cabe recordar que éstos deberán incluir entre sus erogaciones la pérdida del costo de oportunidad por no haberlo arrendado. De tal modo, los márgenes serán igualmente ajustados sea cual fuera la modalidad de explotación, es decir en campo arrendado o por administración. En la medida que los propietarios comprendan esta situación y compartan el riesgo con los que inviertan en esos campos, el sistema podrá equilibrarse.

Afortunadamente, podemos enumerar algunas buenas noticias que contrarrestan las anteriormente mencionadas:

  • En la pampa húmeda, los pronósticos climáticos para la siguiente primavera indican que no habrá problemas de humedad y que es poco probable que suceda un episodio de “Niña” (seca). Es decir que, aunque cabe recordar que en estos años húmedos los seguros contra granizo cobran mayor relevancia, el clima parece que jugará a nuestro favor.
  • Hemos vuelto a mirar los márgenes brutos en lugar de concentrarnos sólo en bajar costos como ocurrió en los últimos años.
  • Hay disponible una enorme gama de créditos y sistemas para financiarnos que sin dudas deberemos aprovechar como una herramienta imprescindible.
  • Existe un gran caudal de información y muy buena preparación de los técnicos argentinos.

En definitiva, estamos ante un buen clima de negocios, pero todavía con altos niveles de incertidumbre y aparentemente con márgenes ajustados. Frente a este escenario, es muy importante contar con un muy buen asesoramiento y con servicios técnicos (monitoreo de plagas, malezas y enfermedades, agricultura de precisión, etc.) a la altura de las circunstancias.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *