En la génesis de A&T siempre estuvo presente el ensayar e investigar las nuevas tecnologías aplicadas al campo, que pueden tener éxito en la zona, para pasar a implementarlas; siempre teniendo como eje: lograr un aumento en el margen.

Martin Artigue, Gerente del Depto. Técnico, cuenta cómo fueron los primeros pasos de A&T en su servicio de investigación: “Empezamos con la siembra directa de la mano de Gabriel Tellería; luego pasamos a investigar sobre agricultura de precisión y luego más específicamente, acerca de ajuste de densidad, fertilización y tecnología por ambiente. Hoy, luego de 20 años de historia, tenemos realizados 335 ensayos, y sabemos que vamos por más. La agricultura cambia por lo que debemos constantemente reajustar conceptos.”

Junto a Martín se encuentra el Ingeniero Martín Cavanagh, miembro del equipo y uno de los principales abocados a este servicio, quien agrega: “Somos una empresa generadora de conocimiento, entonces lo importante para nosotros es estar siempre por delante de lo que está pensando el productor, para poder brindar a nuestros clientes las mejores estrategias y productos para cada situación, antes de que sea de uso habitual. Por ejemplo, históricamente se utilizaba una bolsa de semilla de maíz por ha; a partir de los ensayos realizados, descubrimos que había distintos comportamientos de híbridos por ambiente por lo que pasamos a ajustar las densidades por material genético y por zona. Lo cual significó para nuestros clientes un ahorro de semilla y también mayores rendimientos.”

Ellos explican que el servicio “Ensayos de tecnologías aplicadas” está dirigido a productores agropecuarios (evaluación agronómica y económica de la tecnología para ajustarla a su campo) como también a empresas de insumos (estudio de la performance de los distintos productos: residualidad, volatibilidad, carry-over, combinación de productos, etc.). “A las empresas les interesa nuestra experiencia zonal porque a partir de los ensayos solicitados por  productores y el conocimiento adquirido, vamos ajustando qué tipo de productos aplicar. Además, siempre hemos asociado los ensayos a los distintos ambientes para ver la respuesta diferencial, lo cual nos dio un plus a la hora de evaluar distintas tecnologías,” explica Martín Artigue.

Otra de las ventajas que encuentran en la realización de ensayos es que en años complejos como éste, pueden ajustar la tecnología con el fin de tratar de mantener el margen; y sienten que sin  experiencia y ensayos previos, no podrían hacerlo.

Novedades en ensayos

Dentro de esta nueva rama de investigación (densidad, fertilización y tecnología por ambiente) surgen parámetros nuevos:

  • El hecho de comprender cómo se comportan los cultivos a distintas dosis de fertilizantes según ambiente ha permitido en algunos sectores bajar la fertilización y en otros aumentarla para que incremente más que proporcionalmente el rendimiento de los cultivos.
  • La aparición de malezas resistentes implicó un cambio en el manejo de los herbicidas; comenzaron a reutilizarse herbicidas antiguos como así también nuevos. Por lo cual pasaron analizar cómo es el control de esos productos, la combinación de los mismos y qué efecto tiene cada uno de estos en las distintas malezas.
  • Al encontrarse en una zona arenosa, empezaron a percibir fitotoxicidad en los cultivos. Explican que hay graves problemas de residualidad, por lo que es muy interesante evaluarlo.
  • También dieron inicio a ensayos de fungicidas por ambiente porque “más que nada en esta zona, hay ambientes que tienen alta respuesta a fungicidas y otros que no”.

Es claro para ellos que todo en agricultura es muy dinámico por lo que no pueden decir: “evalúe un año y ya está”.


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